Ahora que los elaboradores de vino, con la ayuda de una gran cantidad de enólogos, sumilleres, catadores y expertos de todo tipo, están empeñados en emocionar, seducir y cautivar con sus vinos a los consumidores y, sobre todo a los nuevos consumidores, a la gente joven que flirtea con los nuevos sabores y aromas, con las sensaciones que produce una copa de vino, ahora es cuando menos vino se bebe. ¿Por qué bebemos menos vino?. Una de las razones es porque estamos mejor alimentados que hace una décadas. Durante varias generaciones el vino ha representado la cuarta parte de la ingesta de calorías en hombres adultos. No sólo se bebía, se mojaba pan o se mezclaba con frutas en el postre. Por otra parte la oferta en bebidas alcohólicas era mucho menor. Ahora bebemos vino por placer, porque está rico y porque cada vino, diría cada botella, regala una experiencia única e irrepetible.
Las sensaciones que nuestro cerebro produce al beber una copa de vino son múltiples, placenteras y gozosas. Pensemos en la sensación auditiva, la caída alegre, tímida o saltarina del vino al chocar con el fino vidrio de la copa. Por otra parte, las sensaciones visuales nos describen su brillo y su color. Me encantan los nombres utilizados para describir el gran espectro de colores existentes en el vino: blanco pálido, amarillo topacio, rosa piel de cebolla, rosa ojo de perdiz, frambuesa, rubí fresco, granate, teja, etc. Las sensaciones olfativas, el olfato es uno de nuestros sentidos más completos. Los aromas del vino son tantos que los expertos en la materia los agrupan en: florales, afrutados, vegetales, especias, madera, mineral, etc. Asociar olores, pensar a qué te recuerda ese aroma y, sobre todo, si te gusta, es uno de los placeres que nos regala probar un nuevo vino. No he olvidado las sensaciones gustativas. El cuerpo, la redondez, el aterciopelado.
Dicen que el vino es una obra de arte producida por el encuentro del hombre con la tierra, la lucha entre la sabiduría y la fuerza e imposición de la tierra. Y, además, es una obra de arte que disfrutamos con los cinco sentidos. Un fruto de la tierra que disfrutamos con placer. En Mallorca, como siempre, queremos hacértelo fácil, que los problemas ya llegan sin buscarlos, nos gusta que descubras nuevos sabores. En nuestras tiendas puedes tomar vinos por copas. No nos conformamos con el Ribera y el Rioja, queremos ir más allá, que pruebes nuevos vinos, vinos modernos o buenos clásicos, vinos de terruño, vinos que transmiten paisaje, autenticidad y estilo, frescos y elegantes, en definitiva, que tomar una copa de vino cualquier día sea un placer. Cada dos meses cambiamos los vinos que ofrecemos por copas. Y cualquier botella de nuestro surtido, 100 vinos, que actualizamos cada año, puede ser degustada en tienda por solo 4€ más.
Hay grandes expertos seleccionando y puntuando todos los vinos del mundo a los que seguimos con mucho interés.En Mallorcaintentamos ofrecerle lo que más nos ha gustado de cada añada, vinos con una buena dosis de fruta, de frescura, en los que prima la finura sobre la pesadez, vinos para que ca uno elija el suyo según su estado de ánimo, según el momento, el con qué y, sobre todo, el con quién. No hay vinos perfectos, solo hay vinos que gustan a tu paladar y, como dice Tim Fish, editor de Wine Spectator, "el vino perfecto es una combinación entre un gran vino y un momento de disfrute".
No desprecies la ocasión de disfrutar de los pequeños y sencillos placeres que nos ofrece la vida. Por ejemplo, una copa de buen vino. ¡¡¡ Salud!!!
M.Carmen Moreno Nieto